LA MEJOR FORMA DE CUIDAR LA SALUD ES DIFUTARLA

Cuando comienza el razonamiento infantil es responsabilidad de los padres enseñar a los hijos los principios básicos de la higiene personal, enseñándoles a lavarse las manos, cepillarse los dientes y cuidar de su aseo corporal. Cuando finaliza la infancia, el joven adolescente debe haber comprendido ya la importancia de cuidar la salud, y que la responsabilidad de hacerlo es suya.

Cuando los hijos se convierten en padres y los padres en abuelos es obligación de ellos no escatimar esfuerzos que le permitan mantenerse saludables. Entre la amplia variedad de actividades físicas y mentales que pueden utilizarse como métodos terapéuticos deben escogerse aquellas que aconsejen los médicos, no sólo las preferidas.
Saber utilizar el tiempo libre para practicar cualquier actividad que conduzca a mantener un equilibrio saludable entre ella y la vida personal es fundamental. También es necesario comprender que las presiones ocasionadas por la responsabilidad a que obliga cada compromiso laboral pueden ser estresantes, pero no necesariamente limitantes
para disfrutar del tiempo disponible.

Con la jubilación comienzan las últimas vacaciones, lamentablemente muchas veces interrumpidas por las necesidades económicas que obligan a continuar trabajando, hasta que el deterioro de la salud lo impida. Alcanzada ya esa etapa de la vida comienza un nuevo reto para el envejeciente de la tercera edad, y más aún para el que cruza el umbral que conduce a la edad final, la eufemística “cuarta edad”.
Alejados entonces de las actividades laborales y otros compromisos personales constituye una obligación para el adulto mayor, no solo cuidar su salud, sino también aprender a mantenerla y disfrutarla. Existe una amplia variedad de actividades que pudiera realizar, pero siempre siguiendo los consejos médicos.

ACTIVIDADES FÍSICAS
Realizar ejercicios en un gimnasio no solo proporciona beneficios físicos, también constituye un recurso para combatir el estrés. No es ésta una actividad excluyente que impide a las personas mayores practicarla.
Igualmente, realizar ejercicios al aire libre, caminar por el barrio, pasear, nadar, remar, y cualquier otra, (no contrariando los consejos médicos), es beneficiosa para mantener una buena salud. Específicamente, el ejercicio moderado para adultos mayores constituye un importante recurso terapéutico contra muchas enfermedades, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoporosis, osteoartritis e insomnio. Un informe reciente del Cirujano General de los Estados Unidos recomienda a los adultos mayores hacer ejercicios de intensidad moderada, si no todos los días, por lo menos los suficientes para acumular unas tres horas semanales, SIEMPRE, repetimos, consultándolo antes con su médico.

ACTIVIDADES RECREACIONALES
Éstas contribuyen a evitar el aislamiento, y el posible inicio de un estado depresivo. Sobre todo, el adulto mayor debe evitar el sedentarismo de una vida hogareña ajena al mundo exterior. La interrelación afectuosa con familiares y amigos, compartir con ellos actividades gratificantes, conversaciones, juegos de mesa u otros entretenimientos contribuye positivamente al mantenimiento de una buena salud emocional y mental.

ACTIVIDADES MENTALES
Entre ellas se destacan los juegos de ingenio, como el ajedrez, y el hábito de leer. La lectura no solo proporciona un medio de distracción agradable y educativo sino, también, un medio ideal para estimular la capacidad cognitiva.
Por estas razón hemos agregado un sección de lectura ajena a nuestro contenido principal, pero no al comportamiento humano. Una sección que sumamos a otras ya existentes: «Aforismos de médicos famosos», «Curiosidades de la medicina» y «Ejercitando la mente».