Descubrimiento  de la Aspirina

La historia del ácido acetilsalicílico (AAS) conocido popularmente como aspirina parte del conocimiento que se tiene sobre el Salix, nombre latino del “Sauce”, una especie de árboles y arbustos que crecen principalmente en tierras húmedas. Entre los más conocidosse encuentra el “sauce llorón” o sauce de Babilonia (Salix babylonica), originario del este de Asia. 
Actualmente existen abundantes evidencias que confirman los conocimientos que poseían los antiguos sobre las propiedades benéficas de este árbol. Hoy sabemos que el ácido salicílico contenido en su corteza era procesado para mezclarlo con otro elemento como base. En todas las antiguas civilizaciones, Sumeria, Babilonia, Asiria y Egipto, era utilizado para calmar el dolor.
También los primeros médicos griegos, Hipócrates y Galeno, lo utilizaron como analgésico, para reducir las infamaciones y controlar la fiebre. Con el devenir del tiempo las propiedades de la corteza del Sauce continuaron mostrándose a investigadores, más o menos fiables de la antigüedad. Es realmente a finales del siglo XVIII que comienzan a explorarse todas sus propiedades medicinales y a obtenerse resultados sorprendentes.

Descubrimiento del ácido acetilsalicílico
Varios son los nombres que se vinculan al descubrimiento de la aspirina, no solo al medicamento como tal, sino a la marca.

Como medicamento
• En 1763, el reverendo Edward Stone describía el uso de polvo derivado de la corteza de sauce para tratar la fiebre palúdica en 50 pacientes, se le considera generalmente como la primera descripción científica moderna del uso medicinal de la corteza de sauce.
• En 1826, Henri Leroux aisló lo que más tarde se llamaría “salicina” de la corteza del sauce.
• En 1838, Raffaele Piria en la Sorbona de París generó ácido salicílico a partir de salicina.
• En 1853, Charles Frederic Gerhardt creó el ácido acetilsalicílico por primera vez, pero no usó ni comercializó esta versión modificada del ácido salicílico.
• En 1897, Félix Hoffman, un químico alemán que trabajaba para la compañía Bayer, pudo modificar el ácido salicílico para crear ácido acetilsalicílico, que se comercializó con el nombre de Aspirina.
• En 1898, Heinrich Dreser, jefe del laboratorio de farmacología experimental de Bayer descartó el potencial de mercado de la aspirina alegando que tenía una acción «debilitadora» sobre el corazón, que «el producto no tiene valor», dijo.                                                                

La verdadera razón de Dreser para ignorar la aspirina era su preocupación por el potencial de ventas de otra nueva droga, la heroína (sintetizada por primera vez en el laboratorio de Bayer en 1897), que Bayer estaba a punto de lanzar como remedio para la tos.

Controversia sobre el descubrimiento de la aspirina
Como en otras ocasiones ha sucedido con descubridores e inventores de elementos útiles al progreso de la humanidad, hayan sido éstos abstractos o físicos, el desmerito o desconocimiento de quienes fueron sus autores verdaderos abunda en la historia, ya por omisión, o razones más oscuras. La evolución de la medicina no escapa a estos males.
Son muchas los medios que todavía adjudican a Félix Hoffman el descubrimiento de la aspirina, pero también muchos los que exponen la verdadera trama sobre lo ocurrido con la síntesis del ácido acetilsalicílico.

Un poco de historia sobre la trama
Friedrich Carl Duisberg, fue un químico e industrial alemán, contratado en 1883 por el laboratorio de Adolf von Baeyer, que asumió el control de la gestión general del mismo en 1890 y comenzó a ampliar el programa de investigación de fármacos de la empresa. Posteriormente nombró a Arthur Eichengrün, desarrollador del fármaco Protargol contra la gonorrea, como director de investigación de un grupo comisionado para crear nuevos medicamentos, y un grupo de farmacología para probarlos encabezado por Heinrich Dreser a partir de1897. En 1894, el joven Félix Hoffmann se unió al grupo farmacéutico.
Es indudable que Eichengrün, Dreser y Hoffmann fueron las figuras más involucradas en las investigaciones del ácido acetilsalicílico, a pesar de la controversia surgida por la responsabilidad de cada uno ellos en el descubrimiento de la aspirina.
El nombre común de la Aspirina se debe precisamente a Arthur Eichengrün, que antepuso la letra “a” de acetil, al “spirin”, de la planta Spirea ulmaria.

Dejando atrás la Controversia
La ingente cantidad de beneficios que proporciona la aspirina a la salud son actualmente reconocidos mundialmente; no obstante, resulta oportuno recordar, entre otros, los más importantes.
• La aspirina prescripta se utiliza para aliviar los síntomas de la artritis reumatoide, osteoartritis, otros trastornos reumatológicos y el lupus eritematoso sistémico.
• La aspirina sin prescripción se usa para bajar la fiebre y aliviar un leve dolor de cabeza, períodos menstruales y reducción de inflamaciones, también para dolores bucales y musculares, incluso para prevenir ataques cardíacos en personas que lo tuvieron en el pasado, para la angina de pecho, para disminuir el riesgo de coágulos sanguíneos y accidentes cerebrovasculares severos o menores, excepto accidentes cerebrovasculares hemorrágicos.
• La aspirina sin prescripción se usa para bajar la fiebre y aliviar un leve dolor de cabeza, períodos menstruales y reducción de inflamaciones, también para dolores bucales y musculares, incluso para prevenir ataques cardíacos en personas que lo tuvieron en el pasado, para la angina de pecho, para disminuir el riesgo de coágulos sanguíneos y accidentes cerebrovasculares severos o menores, excepto accidentes cerebrovasculares hemorrágicos.

Muchos de estos usos benéficos fueron estudiados por el doctor Lawrence L. Craven un médico de Glendale, California, que asumió como compromiso la investigación de sus propiedades.
Craven nació Iowa en 1883, graduándose en la Universidad de Minnesota en 1913 con una licenciatura en ciencias. Un año más tarde, recibió su título de médico en la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Minnesota. Después de servir como capitán durante la Primera Guerra Mundial, se mudó con su esposa a California, donde trabajó como médico general en el Glendale Memorial Hospital. Con el transcurso de los años otros investigadores han demostrado el acierto de sus artículos proféticos que describían la capacidad de la aspirina para prevenir el infarto de miocardio y la apoplejía. Hoy se acepta que la aspirina puede prevenirlo tanto como los accidentes cerebrovasculares. Paradójicamente Carver murió a los 74 años de un infarto al miocardio.

Recuerde: No se auto recete, antes de tomar aspirina consulte a su doctor, sobre todo notifíquele si usted es alérgico a ella.