Claudio Galeno

Nació en Pérgamo, una importante ciudad griega de Asia Menor, alrededor del año 131 d. C., bajo el reinado del emperador Adriano. Su padre, Nicón, era un hombre muy educado, instruido en filosofía, astronomía y geometría, y siempre pendiente proveer una educación integrar a su hijo en todas las ramas del conocimiento útil. 

Pérgamo  ofrecía entonces grandes oportunidades para estudiar las enfermedades. Su Asclepeion, construido durante la infancia de Galeno, ya se había convertido en uno de los templos famosos de Asia Menor, y los enfermos y mutilados acudían a él en gran número. Además, la ciudad estaba bien equipada con médicos competentes, que, según Max Neuburger, parecen haber mantenido relaciones muy amistosas con los sacerdotes del templo. Fue bajo la guía de estos hombres como Galeno, a la temprana edad de diecisiete años y después de una cuidadosa formación en filosofía y matemáticas,  comenzó a estudiar medicina. Hablaba con especial interés y respeto de uno de sus instructores, uno de los médicos más distinguidos de su época.

A la muerte de su padre, Galeno abandonó su hogar y dedicó los nueve años siguientes a visitar todas las ciudades en las que creía que podría adquirir conocimientos adicionales en medicina y cirugía. Gran parte de este largo período lo pasó en Alejandría, que todavía conservaba gran parte de su importancia como cuna de todas las ciencias.

Al cumplir los veintiocho años abandonó esa ciudad y regresó a Pérgamo, evidentemente con el propósito de establecerse allí en la práctica regular de su profesión. Gracias a la influencia de los funcionarios del templo, y especialmente del Sumo Sacerdote, Galeno recibió el nombramiento de médico de los gladiadores, cargo que ocupó con honores durante un período de cuatro años. Esta responsabilidad le proporcionó excelentes oportunidades para cultivar sus conocimientos de cirugía. Fue mientras ejercía este cargo cuando ideó y puso en práctica un método de saturar los vendajes (en casos de heridas graves) con vino tinto, con el fin de prevenir el desarrollo de la inflamación en las partes afectadas, teniendo un éxito tan grande –se cuenta– que ninguno de los gladiadores confiados a su cuidado murió a causa de sus heridas. La historia no indica la manera precisa en que Galeno llevó a cabo su método de utilizar el vino para curar las heridas, y por lo tanto no podemos determinar cuánto crédito se le debía por este rudimentario medio. No obstante, existe una antigua referencia a este método  en la parábola del “Buen Samaritano“  contada por San Lucas (San Lucas x., 33, 34). [163]. Ver Medirevista/Historia de la Enfermería

Al hombre culto que fue no le era ajeno la filosofía griega. Como ciudadano, identificado con la filosofía ateniense, mantuvo una posición ecléctica entre la filosofía idealista de Platón y el naturalismo y realismo de Aristóteles, aunque, al parecer se identificaba más con el materialismo aristotélico, que concebía la experiencia como medio para comprender la realidad.
Lamentablemente, la acumulación de sus éxitos acumuló también los recelos, envidias y hostilidad de los médicos que llevaban más tiempo establecidos en la ciudad, hostilidad que aumentó a medida que ascendía en favor y estima entre las personas de mejor posición e influencia de Roma. Más motivado quizá por la epidemia de Peste que amenazaba llegar a Roma que por la amenaza de quienes lo rechazaban decidió regresar a Pergamo. Pero no transcurrió mucho de haber vuelto a su ciudad natal cuando fue llamado por los emperadores Marco Aurelio y Lucio Vero, que se encontraban con el ejército en a unas pocas millas al norte de la actual Trieste, para que se uniera a ellos en esa ciudad; por supuesto, se vio obligado a obedecer.

Casi inmediatamente de la llegada de Galeno los emperadores decidieron regresar a Roma con una parte del ejército. Se había producido un nuevo brote de peste y había habido muchos casos fatales entre las tropas. Poco después de haberse emprendido el regreso murió Lucio Vero. Este inesperado hecho motivó que los restos del emperador fallecido fuera regresado a la ciudad imperial, y que Galeno regresara a Roma con el ejército, donde se estableció definitivamente, llegando también a ser médico de los hijos de Marco Aurelio, Cómodo y Sexto. A partir de entonces, durante un período de varios años, tuvo a su disposición tiempo suficiente para escribir y realizar trabajos anatómicos y fisiológicos experimentales, privilegio del que parece haber hecho excelente uso.

Algunos historiadores dicen que Galeno vivió hasta los setenta años y su muerte se produjo durante la última parte del reinado de Septimio Severo o al comienzo del de Marco Aurelio Antonio (Caracalla), alrededor del 201 d. C., [Dr. Max Neuburger, «Historia de la Medicina», §362]. Otros afirman que murió alrededor del 216. [Dr. Albert H. Buck, «The growth of medicine» §166]

Anatomía Galénica
Galeno adquirió amplios conocimientos de la morfología humana en el «Museion» de Alejandría, ampliándolos considerablemente durante el período de tiempo en que ejerció como médico de los gladiadores en su ciudad natal. En una de sus obras, «Acerca de la utilidad de las partes del cuerpo humano», expone sus ideas sobre fisiología, fundamentadas en la obligatoriedad de los médicos de poseer suficientes conocimientos de anatomía para poder conocer la localización y respectivas funciones de los órganos, la única forma de poder identificar el lugar lesionado y, establecer un método de cura.

Entre sus obras más importante se encuentra, «Sobre las manipulaciones anatómicas», un trabajo de anatomía descriptiva compuesto por 15 libros. Es bien conocido que la anatomía galénica se fundamentaba en disecciones de animales, sobre todo en monos, ovejas y vacunos; aunque en Alejandría los conocimientos anatómicos se adquirían por medio de disecciones humanas, Galeno nunca las realizó y, en Roma, las leyes las prohibían. Es de comprender entonces que los resultados de las exploraciones del cuerpo animal, añadidos a sus conocimientos teóricos fueran las causas de algunos de sus errores anatómicos. A pesar de ello, la morfología humana alcanza su cenit con él.

Para hablar de la literatura galénica preferimos referirnos a los médicos historiadores que se especializaron en ella.
Daniel Le Clerc, en «Histoire de la Medicine», publicado en 1696 realiza una extensa descripción de su vida y obra.
Julio Leopoldo Pagel [1851-1912] consideraba la numerosa obra de Galeno como una enciclopedia médica.
Albert H. Buck, exprofesor clínico de la Universidad de Columbia, NY, dice en «El Crecimiento de la Medicina», libro publicado por él en 1917 que «aquellos que desearan obtener más información sobre Galeno acudieran a Charles V. Daremberg», médico, académico, y profesor de historia de la medicina en la Universidad de París, cuya obra más famosa, «Historia de las ciencias médicas», fue publicada en dos volúmenes en 1870.

«Explicación de algunos de los términos antiguos empleados por Hipócrates»; «Sobre el establecimiento del arte de la medicina»; «Los Elementos, como los enseñó Hipócrates» (2 libros); «Definiciones de términos médicos»; «Sobre la importancia para el médico de una sólida formación en Filosofía»; «Acerca de la utilidad de las partes del cuerpo humano» (17 libros); «Sobre las manipulaciones anatómicas» (15 libros); «Los diferentes temperamentos» (3 libros); «¿Las arterias normalmente contienen sangre?»; «Los humores»; «Sobre la bilis negra»; «Sobre los huesos»; «La anatomía de los ojos»; «Disección de las venas y arterias»; «Disección de los nervios»; «Sobre la utilidad de las distintas partes del cuerpo» (17 libros.); «El órgano del olfato»; «Los movimientos de los músculos» (2 libros); «La fisiología de la respiración»; «Sobre el mantenimiento de la salud» (6 libros); «Las características de los diferentes alimentos» (3 libros); «Sobre la forma de vivir más adecuada para quienes desean preservar su salud» (3 libros); «Sobre las diferencias entre enfermedades»; «Sobre las causas de las enfermedades»; «Sobre los diferentes tipos de fiebres» (2 libros); «Sobre las partes del cuerpo afectadas» (6 libros); «Las enfermedades de la mujer»;» Los diferentes tipos de pulso» (16 libros); «Los diferentes tipos de orina»; «Sobre la manera de tratar las diferentes enfermedades» (17 libros); «Sobre los purgantes» (3 libros); «Sobre los cólicos»; «Sobre la ictericia»; «Sobre la gota»; «Sobre piedra en la vejiga»; y un largo etcétera.