MEDICINA PREHIPOCRÁTICA

 

Asclepio
Como en todas las antiguas civilizaciones la medicina surge en Grecia vinculada también a poderes místicos. Como en las primeras, la divinización de personajes históricos relacionados con los cuidados de la salud se repite. La mitología griega narra las circunstancias del nacimiento y temprana educación del futuro dios de la medicina. El mito cuenta que Asclepio era hijo del dios Apolo y la princesa Corónide, hija del rey Flegias de Tesalia. Después, el intrincados y entretenido relato mítico prosigue la narración contando que fue un centauro, Quirón, quien le enseñó el arte de curar. No obstante, al margen del relato mitológico, la primera información sobre el posible personaje histórico la proporciona Homero en la Ilíada.

Nacido posiblemente entre los siglos XIV y XIII a.C, Asclepio, el Esculapio romano, comenzó su labor médica como una figura histórica reconocida por sus habilidades curativas, igual que Imhotep en Egipto. Algunas narraciones afirman que nació en Tesalia, otros en Epidauro, siendo en esta última ciudad donde adquirió su fama. Homero cuenta en la Ilíada, que tanto Asclepio como sus hijos Polidario y Macaón participaron y se destacaron en la Guerra de Troya como médicos.
Pero no solo Asclepio y sus hijos se destacaron como curadores, también los nombres de dos de sus hijas quedaron vinculados históricamente a la medicina: Hygieia y Panacea.
Hygieia, de cuyo nombre se deriva el vocablo higiene, era asociada en Grecia a la prevención de las enfermedades, en Roma era conocida como Salus, diosa de la seguridad y el bienestar. Panacea, hermana de Hygieia, ayudaba a ésta y a su padre en las labores médicas. Su nombre, proveniente del vocablo griego panakos que significa “remedio para todo”, trasciende las fronteras y el tiempo como una solución general capaz de curar cualquier mal.

Con la muerte de Asclepio comienza la leyenda, con la leyenda el camino a la divinización y la construcción de los Asclepeiones, templos de curación consagrados en su honor.
El culto al dios se expande rápidamente alcanzando parte de Asia Menor, Cartago, Roma y Egipto. En Roma continúa su fama con el nombre de Esculapio, dando origen a su dual identidad como dios grecorromano.                                                                                                                       

Entre los cientos de templos erigidos se destacan el de Epidauro, tradicionalmente considerado el lugar de nacimiento de Asclepio, el de Tricca, posiblemente el Asclepeion más antiguo conocido, el de Atenas, el de Cos, donde estudio Hipócrates, y el de Pérgamo, ciudad natal de Galeno, donde también cursó estudios el famoso médico.

El método de curación más utilizado en los asclepeiones era la práctica de incubación, conocida como “sueño del templo”, un proceso por el cual los pacientes ingresaban para dormir, con la expectativa de recibir durante el sueño indicaciones divinas de curación. Posteriormente contarían al «sacerdote» que los atendía, un tipo «vidente-médico» del templo, lo que habían soñado y éste interpretaba el sueño y prescribía la cura.
Con el transcurrir del tiempo estos santuarios de curación alcanzaron fama también como centros de enseñanzas de los cuidados de la salud, considerando algunos historiadores que fueron los primeros hospitales de la antigua Grecia, precursores de los primeros hospitales de Europa. Aunque generalmente la práctica de la medicina en ellos era dirigida a la recuperación de las enfermedades más complejas, los enfermos eran tratados con una amplia variedad de terapias, algunas quirúrgicas. Se considera que como anestésico era utilizada la inducción al sueño, producida presumiblemente por el opio.

No obstante encontrarse presente esta constante mística en la evolución de los primitivos cuidados de la salud, en la Magna Grecia, un grupo de antiguas colonias griegas fundadas a lo largo de la costa sur de Italia, la medicina evolucionó en un contexto dual de misticismo y empirismo, puede decirse que la mitología acompañó sus primeros pasos y el razonamiento su madurez.                                                                  Entre los filósofos, particularmente el grupo conocido como los “fisiólogos jónicos”, o «estudiantes de la naturaleza» como les llamó Aristóteles, se pueden rastrear los comienzos de la medicina científica, a pesar de las escazas contribuciones aportadas directamente por ellos a su desarrollo. No obstante, sus audaces observaciones sobre la naturaleza y los “elementos primarios” iniciaron el camino hacia su progreso.                                                                                                                                                                                                                                                                                Al final del siglo VI a. C., existió en Crotona la escuela de medicina más famosa de la Magna Grecia, donde las enfermedades se examinaban de manera científica y experimental en lugar de usar los conceptos propios, todavía vinculados a las concepciones místicas de la época.

Crotona, fundada en el 710 a. C. se encuentra ubicada en la península de Calabria en sur de Italia. El médico más representativo de esta escuela fue, entre otros, Alcmeón, uno de los médicos más activos interesados en la fisiología humana en la tradición médica de Crotona. Aunque se dedicó a la ciencia y fue un hábil experimentador poco se sabe sobre su vida y su fecha exacta de nacimiento. El relativo aislamiento de Alcmeón de las grandes corrientes filosóficas de su época probablemente benefició su metodología desprejuiciada, pero pudo haberle impedido divulgar sus teorías y demostrar su valor. Él fue el primero en considerar la relación entre el cerebro y la mente, también el primero en identificar el cerebro como el centro de la comprensión, el órgano esencial para las percepciones, sensaciones y pensamientos.

A través de observaciones sistemáticas, Alcmeón sacó a la luz muchas cosas sobre las características del ojo y la presencia de canales que conectan los órganos sensoriales de la cabeza con el cerebro.
Afirmó que el alma era inmortal e introdujo la doctrina “tekmairesthai” que afirmaba que sólo los dioses tenían conocimiento sobre las cosas visibles e invisibles, sobre ellas los hombres solo podían especular. Se supone que esta doctrina pudo haber originado la concepción de la anamnesis, la información aportada por el paciente y por otros testimonios al médico que lo atiende para confeccionar su historial clínico. Es de destacar que las meticulosas observaciones de Alcmeón fueron un estímulo generador de nuevas aportaciones al pensamiento médico de entonces.

No podemos terminar este artículo sin mencionar los símbolos representativos de la medicina. ¿Caduceo, o Vara de Asclepio/Esculapio?
Para determinar cuál de ellos es realmente el distintivo médico debemos primero remontarnos a los orígenes de ambos.                                          La explicación mitológica de los orígenes del Caduceo es tan pintoresca como las fábulas que cuentan el origen de la Vara de Asclepio, o Bastón de Esculapio.                                                                                                                                                                                                                                        Simplificando la descripción de cada uno, antes de que fueran adornados por las leyendas, vemos que el caduceo era una simple vara larga y cilíndrica magnificada por la mitología griega, al igual que el rústico Bastón de Esculapio.                                                                                                      El Caduceo adquiere su poder místico en la mitología grecorromana. cuando el dios Apolo regala su caduceo a Hermes. El mito cuenta después que Mercurio, la representación romana de Hermes, había encontrado en una ocasión a dos serpientes peleando entre ellas, a las cuales, con el propósito de separarlas les había arrojado el caduceo; viendo entonces como sin hacerse daño ambas se enroscaron alrededor de la vara de forma tal que la parte más alta de sus cuerpos formaban un arco quedando sus cabezas frente a frente sin señal de enemistad. Probablemente de esta leyenda surge el primitivo símbolo de la vara con las dos serpientes, adornado posteriormente con un par de alas, posiblemente, según algunos historiadores, aludiendo a Mercurio, el conocido mensajero de los dioses.                                                                                                           
El Caduceo de Mercurio comenzó a usarse como emblema médico durante el reinado de Enrique VIII de Inglaterra. Ya en esa época el médico de la corte inglesa sir William Butts, lo había utilizado en su escudo nobiliario y, 122 años después, en 1669, Moyse Charas un boticario francés publicó un libro (Nuevos experimentos sobre víbora) en cuya portada fue utilizada una imagen con dos serpientes enroscadas iguales a las del Caduceo, aunque sin la vara ni las alas de éste. Posteriormente la casa editorial JSM Churchill, entre otras, adoptaron el caduceo como distintivo de la medicina.

Vara de Asclepio
Este símbolo, el rústico bastón con una serpiente enroscada y la cabeza erguida, fue modificado varias veces debido a las costumbres y creencias de cada momento histórico. Según cuenta una leyenda estaba Esculapio en casa de Glauco, un pescador herido mortalmente por un rayo, cuando en la habitación donde se encontraban entró una serpiente. Después de matarla con su bastón Esculapio observó que había entrado otra llevando en la boca unas hierbas que transfirió a la de la serpiente muerta y ésta revivió. Utilizando iguales hierbas e imitando a la víbora curadora Esculapio salvó la vida del pescador.

En esta ocasión la fábula contada importa más como referencia a las serpientes asociadas a algunos métodos de sanación, que a las habilidades curativas de Esculapio. Moyse Charas, citado arriba, dice en su libro que las serpientes eran importantes para el tratamiento de la picazón, la erisipela, el sarampión, la viruela, la lepra y para el cuidado de la piel.

En 1856, el Servicio del Hospital de la Marina de USA empezó a utilizar el caduceo de Mercurio para simbolizar el carácter no combatiente de sus médicos. Por iguales razones fue adoptado en 1902 por el cuerpo médico del Ejército de los Estados Unidos. Ambas instituciones todavía usan el caduceo con las dos serpientes enroscadas.

En 1912 la American Medical Association adoptó oficialmente el Bastón de Esculapio como emblema, al igual que la Organización Mundial de Salud a partir de su fundación en 1947, y la Asociación Médica Mundial en 1956. También actualmente, el Servicio Médico de la Fuerza Aérea estadounidense lo usa.

Resumiendo, el caduceo alado con las dos serpientes enroscadas fue utilizado por error como emblema médico y, aunque todavía sigue siendo utilizado como tal por algunas instituciones, realmente es el símbolo del comercio. 

Para evitar confusiones, al leer sobre uno u otro término recordemos que Asclepio para los romanos era Esculapio, y un bastón o vara, es un simple recurso de apoyo y protección, muy parecido a los cayados que utilizan los pastores de ovejas.
Es común usar término «bastón o vara de Asclepio/Esculapio, aludiendo al dios grecorromano, como referencia al símbolo médico.

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Asclepio
Simbolo Médico
Alcmaeon de Crotona