René Theodore Laennec
Laennec nació el 17 de febrero de 1781 en Quimper, Bretagne, Francia. El 13 de agosto de 1826, teniendo solo 45 años murió, paradójicamente, de tuberculosis, la enfermedad cuya semiótica y anatomía patológica contribuyó a describir de manera brillante. A él pertenecerá siempre el honor de haber definido el cuadro clínico de esta temida y entonces frecuente enfermedad, de haberla diferenciado, mediante la auscultación y estudios patológicos de otras afecciones pulmonares. Siguiendo el método de percusión del tórax practicado por el médico austríaco Auenbrugger, y lo aprendido con su maestro Jean Nicolas Corvisart, el famoso médico del emperador francés Napoleón Bonaparte, amplía sus investigaciones. Inventa y desarrolla los primeros estetoscopios, realiza autopsias para verificar la certeza de las auscultaciones hechas, y concluye su gran obra: ″De l’Auscultation Mediate″, que constituirá un monumento al genio, la laboriosidad, la modestia y la verdad. Una obra cuya lectura acrecienta la admiración por su trabajo, tanto, que asombra concebir que un medio tan sencillo pudiera haber esclarecido las confusiones existentes entonces sobre las patologías torácicas.
Posteriormente, será a Robert Koch, a quien la humanidad deberá el conocimiento de la causa exacta de la tuberculosis y, en consecuencia, el método práctico para prevenir su propagación. El aislamiento del bacilo de esta enfermedad fue el gran triunfo de la medicina de finales del siglo XIX.

Primeros años y educación
El padre de Laennec era un hombre culto e inteligente que, aunque abogado, se dedicó más a la literatura que a su profesión. Laennec tenía apenas seis años cuando falleció su madre, quedando bajo la tutela de su tío abuelo, el abad Laennec, con quien vivió durante algunos años en la casa parroquial de Elliant, entonces una comuna del Departamento de Finisterre.
Un escrito familiar aparecido después de su muerte cuenta que el niño tuvo la buena fortuna de ser felizmente iniciado en su camino en la vida por una mano firme y segura. A la formación recibida en esa época se le atribuye la adquisición de los hábitos que influyeron en el éxito de su vida adulta como médico.
Después de permanecer durante cuatro o cinco años con su tío abuelo, terminó sus estudios con un hermano de su padre, el Dr. Guillaume Laennec, que era entonces miembro de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nantes. El joven estudiante, a medida que crecía, parece haber tenido un éxito rotundo en sus estudios, y los numerosos premios obtenidos en la escuela demuestran su profundo interés por su trabajo. Durante este tiempo, aprendió inglés y alemán, y se preparó para iniciarse en las ciencias superiores. Además de dedicarse a sus estudios académicos, Laennec prestó atención a su tío en su trabajo profesional, y mediante una cuidadosa observación sentó las bases de sus estudios de medicina. Su carácter observador, más que de estudioso de libros, se manifestó desde muy temprano. Se dedicó a la investigación clínica de casos en el hospital militar y mostró un interés especial por el estudio de la anatomía.
En 1800, a los diecinueve años, se trasladó a París. Como era característico en él, su meticulosidad y dedicación lo impulsaron a intentar compensar lo que consideraba defectos en sus estudios elementales. Debe recordarse que los primeros diez años de su vida transcurrieron durante la turbulenta época de la Revolución Francesa, y que la regularidad escolar se vio gravemente perturbada. Su primera preocupación, entonces, fue retomar el estudio del latín. Aprendió a leer y escribir con elegancia y pureza . Más adelante, ocasionalmente, impartía sus clases clínicas, especialmente en presencia de extranjeros, en latín.
Sin embargo, no permitió que sus estudios secundarios interfirieran con su dedicación a la profesión. Era uno de esos pocos hombres que sabían descansar su mente alternando entre una ocupación y otra. Tras apenas un año en París, Laennec obtuvo los dos primeros premios de medicina y cirugía en el departamento de medicina de la Universidad de París. En 1804 escribió dos tesis médicas, una en latín y la otra en francés. Ambas se centraban en Hipócrates, el gran padre griego de la medicina, a quien Laennec admiraba profundamente y cuyo método de observación clínica sería la clave del éxito de su propia carrera médica.
En esa época, la escuela de medicina parisina contaba con dos grandes maestros rivales. Uno de ellos era Corvisart, quien se esforzaba por mantener las tradiciones de Hipócrates y enseñaba especialmente la necesidad de una cuidadosa observación de las enfermedades.
Huelga decir que las simpatías de Laennec se centraban en Corvisart, de quien fue alumno predilecto.
Corvisart era un entusiasta seguidor del método de percusión, creado medio siglo antes por el alemán Auenbrugger, pero en desuso y casi ignorado, que de no ser por la rehabilitación de esa práctica por parte del famoso medico francés se hubiese olvidado. Con la transformación de la Revolución Francesa en un nuevo imperio europeo, la influencia de Corvisart creció significativamente al ser nombrado por el propio Emperador como su médico personal. En esos momentos la medicina práctica era de suma importancia y Napoleón consideraba que nadie realizaba mejor trabajo médico en ese momento que él.
La característica más notable de Corvisart era su apoyo empático al trabajo de otros, especialmente en lo referente a la observación directa en la cama del paciente. Laennec se encontró inmediatamente en una situación muy favorable para su ocupación favorita: estudiar las realidades de la enfermedad en el paciente vivo y en la realización de autopsias. Durante casi diez años se dedicó casi exclusivamente al cuidado y estudio de pacientes hospitalarios. En 1812 fue nombrado médico del Hospital Beaujon de París. Cuatro años más tarde, (ya Napoleón había sido derrotado en la Batalla de Waterloo en 1815) fue trasladado al Hospital Necker, donde estaba destinado a llevar sus grandes investigaciones a buen puerto. En poco tiempo, estudiantes de toda Europa acudían a las clases clínicas del Hospital Necker para mantenerse al día de los grandes descubrimientos que el joven maestro estaba realizando. A pesar de su delicada salud, Laennec cumplió con sus deberes de médico y profesor con escrupulosa exactitud y una devoción abnegada que, por desgracia, pronto perjudicaría su salud.
La invención y desarrollo de los primeros estetoscopios


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René Theodore Laennec
Creadores de la medicina moderna
JAMES J. WALSH, MD, Ph.D., LL.D.
DECANO EN FUNCIONES Y PROFESOR DE HISTORIA DE LA MEDICINA Y DE LAS
ENFERMEDADES NERVIOSAS, FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE FORDHAM, Y PROFESOR ADJUNTO
DE MEDICINA EN LA FACULTAD POLICLÍNICA DE NUEVA YORK PARA GRADUADOS
EN MEDICINA; PROFESOR DE PSICOLOGÍA FISIOLÓGICA
EN EL ST. FRANCIS XAVIER’S COLLEGE
DE NUEVA YORK
De l’auscultation médiate, ou, Traité du diagnostic des maladies des poumons et du coeur
https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k98759b.texteImage
La historia y evolución del estetoscopio
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9482790/
RTH Laënnec 1781–1826 su vida y obra
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC471448/
BNF,Corvisart, Jean-Nicolas (1755-1821)
https://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/cb121325185
Napoleón.Org
Jean Nicolas Corvisart
https://www.napoleon.org/en/history-of-the-two-empires/biographies/corvisart-jean-nicolas/
PubMed
Jean-Nicolas Corvisart
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33711847/