Medicina Precolombina

En América, el «Nuevo Mundo» conquistado por los europeos existían culturas y civilizaciones altamente desarrolladas que motivaron su asombro,  sus riquezas motivaron su codicia.

Por los historiadores españoles que participaron en la Conquista se supo de los conocimientos que poseían estas civilizaciones precolombinas, sobre el calendario que utilizaban para regular sus actividades agrícolas y ceremoniales; sobre su sistemas de escrituras que permitieron conocer directamente sobre su historia, religiones y vida cotidiana; sobre la imponente arquitectura, inca, maya y azteca; por último; sobre las ciencias que desarrollaron los precisos calendarios mayas, su sistema matemático vigesimal, el sistema de irrigación inca; y, lo que más  interesa a este capítulo, sus conocimientos de medicina.

A tientas, en la oscuridad de su ignorancia, como lo hicieron las primeras civilizaciones orientales,  desarrollaron los amerindios su medicina. Su surgimiento no debió ser muy distinto a los de aquellas porque, como en ellas,  también probando y desechando debieron haber aprendido a cuidar su salud, acudiendo igualmente sus angustias y temores a  concepciones mágico-religiosas.

Dejando a un lado las descripciones históricas discordantes relatadas por Francisco López de Gómara y Bernal Diaz del Castillo acreditamos más  la de este último, por haber participado de la Conquista, incluso haber muerto en Guatemala en 1585, y su crónica publicada 1632. Francisco López de Gómara jamás estuvo en América, a pesar de que escribió mucho sobre ella.

Bernal Díaz del Castillo autor de la «Historia verdadera de la conquista de la Nueva España» es considerado el verdadero cronista de esos acontecimientos, en ella resaltó el papel de los soldados españoles, pero también reconoció con respeto la defensa heroica de los indígenas.

Entre los cronistas destacados que hablan sobre la primitiva medicina mesoamericana y suramericana se pueden citar a Juan Badiano, Martín de la Cruz,  escribas indígenas mejicanos  que autores del  Códice de la Cruz-Badiano, Bernardo de Rivera, Ribera o Ribeira, conocido como Bernardino de Sahagún (por la ciudad española donde nació c. 1499) un misionero franciscano que se asentó en Tlalmanalco, Mexico y escribió el Códice Sahagún.

Suramérica

Los Incas: Entre los incas se encontraban los médicos del Sapa inca (Rey) y los médicos del pueblo, con ciertas habilidades quirúrgicas fruto del ejercicio de sacrificios rituales, así como con un amplio conocimiento de herbolaria. Entre las plantas medicinales más usadas se encontraban la coca el yagé, el yopo, el pericá, el tabaco, el yoco, el  curare y algunas ligaduras utilizadas como agentes anestésicos.

Mesoamérica

Los Mayas: El médico maya (ah-men) era propiamente un sacerdote especializado que heredaba el cargo por linaje familiar, aunque también cabe destacar su desarrollo farmacológico, reflejado en las más de cuatrocientas recetas compiladas por Ralph Loveland Roys (un antropólogo e historiador estadounidense reconocido por sus investigaciones y su aporte al conocimiento de la cultura maya).

Los Aztecas: El desarrollo de los conocimientos médicos de la civilización azteca fue recopilado en dos códices, el Códice Badiano y el Códice Sahagún. Juan Badiano, compila buena parte de las técnicas conocidas por el indígena Martín de la Cruz (1552), que incluye un curioso listado de síntomas que presentan los individuos que van a morir. Entre los aztecas se establecía una diferencia entre el médico empírico y el médico chamán, más conocedor de procedimientos mágicos.

Cabe destacar el hallazgo de la primera escuela de medicina en Monte Albán, próximo a Oaxaca, datada en torno al año 250 d.C, donde se han encontrado grabados anatómicos entre los que parece encontrase una intervención de cesárea, así como la descripción de diferentes intervenciones menores, como la extracción de piezas dentarias, la reducción de fracturas o el drenaje de abscesos.

Norteamérica

Como ya hemos visto el vasto territorio del continente americano acogió durante todo el período histórico previo a su descubrimiento a todo tipo de sociedades, culturas y civilizaciones, por lo que pueden encontrarse ejemplos de la primitiva medicina chamánica del neolítico, y de una medicina casi técnica alcanzada por los mayas, los incas y los aztecas durante sus épocas de máximo esplendor. Sobre la primitiva medicina norteamericana las fuentes disponibles son más próximas porque algunas de ellas provienen de sus actuales descendientes.
Muchas de las innovaciones de los nativos americanos en los cuidados de la salud existen desde hace miles de años, precediendo a la medicina occidental, a la que incluso contribuyeron.

Los nativos americanos masticaban corteza de sauce para aliviar dolores y molestias. El ingrediente activo de la corteza es la salicina, una sustancia química que en 1897 sirvió de base para el descubrimiento de la aspirina, el fármaco más utilizado en el mundo. (La salicina también es un precursor del ácido salicílico, el ingrediente activo de muchos tratamientos de venta libre contra el acné y champús anticaspa).

El concepto que llevó al desarrollo de las vacunas (protegerse de un virus o enfermedad exponiéndose a una versión modificada del mismo) no pasó inadvertido para los nativos americanos. La Dra. Sophie E. Neuner, investigadora asociada de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, señala que las tribus se inoculaban ingiriendo pequeñas cantidades de sustancias para proteger sus cuerpos de los efectos nocivos de las mismas sustancias en cantidades mayores.
“Desde que comencé a comer pequeñas porciones de roble venenoso de manera regular, no he tenido las grandes erupciones que solía tener”, dijo Neuner, miembro de la tribu Karuk.

El mundo puede agradecer a los nativos americanos (en particular a las tribus iroqueses y sénecas) por inventar los biberones y las fórmulas para bebés, importantes para la salud de los bebés cuando no hay leche materna disponible. Y según History Chanel, los nativos americanos inventaron las jeringas.
La medicina moderna no siempre ha reconocido a los nativos americanos por sus contribuciones, pero David R. Wilson, miembro de la Nación Navajo y director de la Oficina de Investigación de Salud Tribal de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), dice que éstos ayudan a las tribus a proteger su propiedad intelectual.

Hay 574 tribus reconocidas a nivel federal en los Estados Unidos y, debido a preocupaciones sobre la explotación comercial, la mayoría de sus miembros evitan la investigación biomédica. Pero en 2019, los NIH celebraron una consulta tribal con el Congreso Nacional de Indios Americanos para ayudar a los líderes a comprender cuándo, durante un proceso de investigación, podían negociar los términos y condiciones de propiedad intelectual.

Colaboración: A pesar de algunos abusos contra los nativos americanos en la investigación médica inicial, los miembros de las tribus han ayudado a lograr avances durante más de 50 años al participar en estudios sobre epidemiología, prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, según los NIH. Estos estudios dieron como resultado medidas para prevenir la morbilidad y la mortalidad (especialmente entre los niños) por muchas enfermedades.
En un ejemplo de la década de 1980, un pediatra de la India realizó una investigación con la tribu apache de las Montañas Blancas que demostró que los tratamientos de rehidratación oral prevenían las muertes relacionadas con la diarrea en los niños, según la revista de salud pública Hopkins Bloomberg . La investigación histórica y los estudios posteriores llevaron a la creación de Pedialyte, un tratamiento popular para la diarrea.
Más recientemente, los científicos desarrollaron las tres vacunas estadounidenses contra el COVID-19 con la participación de comunidades indígenas en ensayos clínicos, dijo Wilson. Para ayudar a poner fin a la pandemia. Aprovechamos este artículo para recordar que Estados Unidos donó millones de dosis de estas vacunas a otros países.

El NIH también organizó una conferencia sobre la interconexión entre la cultura y la ciencia para ayudar a la medicina tradicional y la ciencia occidental a encontrar nuevos avances en materia de salud.
“Los nativos americanos han utilizado prácticas curativas tradicionales, o formas de curación, durante siglos, dijo David R. Wilson, y es importante reconocerlas, pero también complementar esas enseñanzas y esos conocimientos con algunas de las ciencias y prácticas occidentales para que ambas, unidas, puedan producir resultados mejores, sino óptimos.

Las Bolsas de Medicina
Una bolsa de medicinas, casi siempre elaborada con piel de animales, eran realmente contenedores de elementos naturales que protegían u otorgaban poderes espirituales a sus dueños. Su tamaño era determinado por los artículos que en ella se transportan. La del chaman podía contener semillas, hierbas, dientes o garras de animales, crin de caballo, puntas de flecha, huesos etc. La de cualquier otro miembro de la tribu, incluidas la de los guerreros, podían contener fragmentos de piel animal, cualquier objeto considerado como amuleto, o alguna otra cosa significativa para sus dueños que contribuyera a protegerlos.
Debido a que la bolsa de medicinas se consideraba una preciosa posesión, representativa de la vida espiritual del portador, ellas y su contenido, se consideran sagrados.

Fuentes
https://share.america.gov/es/son-muchas-las-contribuciones-de-los-indigenas-de-america-del-norte-a-la-medicina/
© Kathy Weiser /Legends of America, https://www.legendsofamerica.com/na-medicinebag/