Universidades Europeas Medievales
Dejando atrás la Escuela de Medicina de Salerno, las escuelas monásticas, las escuelas catedralicias, los Studium Generale, precursores de la universidades europeas, iniciamos este corto resumen acudiendo a la magnifica obra de Hastings Rashdall, Universities of Europe in the Middle Ages (Universidades de Europa en la Edad Media). No obstante, para no apartarnos de nuestro objetivo principal nos referiremos específicamente a las universidades que poseían facultades de medicina, no sin antes explicar de donde procede el nombre que las identifica. El término «universidad», proveniente del latín (universitās magistrōrum et scholārium), se refiere literalmente a una «comunidad de profesores y académicos», cuyo origen procede de los gremios estudiantiles concebidos con el propósito de proteger el interés colectivo de sus integrantes. Establecidos en lugares apropiados que favorecieran sus actividades estos gremios eran generalmente dirigidos por algún destacado maestro elegido por los estudiantes. Etimológicamente el vocablo «universus» proviene de la raíz indoeuropea «oino» (uno) y de versus, el participio pasado de vertere, que indica un movimiento giratorio en torno a la unidad (American Heritage Dictionary, wer- 2, (base convencional de diversas raíces indoeuropeas; girar, doblarse) Consultar también https://etimologias.dechile.net/?universo
La Universidad de Bolonia, fundada en 1088, considerada la primera universidad europea, surgió en torno a los gremios formados por estudiantes de derecho, y en París, a principios del siglo XII, en torno a profesores de filosofía y teología.Establecidos estos dos tipos de universidades encontramos que las universidades del norte de Italia eran controladas en gran medida por estudiantes agrupados en «naciones» (por nacionalidades), que organizaban el método de enseñanza y poseían la autoridad para nombrar a sus profesores, mientras que en las universidades que seguían el modelo parisino los maestros eran quienes tenían el control de los estudios, y los estudiantes, también agrupados en «naciones», atendían las responsabilidades inherentes a su gremio.
Dos de las primeras universidades que más se destacaron por su relación con los estudios médicos fueron Bolonia y Montpellier. En la primera tomaron fuerza los estudios anatómicos. El interés resurgido después de mil años por conocer la estructura del cuerpo humano acudió a las traducciones de las antiguas obras, de las cuales, lamentablemente las mal traducidas contribuyeron a deformar y corromper las enseñanzas de los grandes maestros grecolatinos y árabes.
Los primeros conocimientos sobre la enseñanza de la medicina en Bolonia se relacionan con Taddeo Alderotti (1215-1295), quien combinó la erudición árabe con el espíritu griego, buscando las causas de las enfermedades en la ciencia más que en la religión, todavía una atrevida concepción para la época. No obstante, quien más influyó en el estudio de la medicina en Bolonia fue Mondino de Luzzi .
La otra universidad medieval de especial interés es la de Montpellier. A ella estaban conectados tres maestros que dejaron sus nombres en la historia: Arnoldo de Villanova (c. 1240 o 1258-1311 o 1313), Henri de Mondeville y Guy de Chauliac. La fecha de origen de la universidad es incierta, pero se considera que fue fundada formalmente en 1289 por una bula papal.
Arnoldo de Villanova fue uno de los más destacados escritores de la Edad Media, pese a que sus aportes personales fueron escasos sus amplios conocimientos de la medicina árabe permitieron que sus obras adquirieran notoriedad y fueran buscadas, incluso por el Papa Clemente V a quien Arnoldo había dedicado un libro. Irónicamente años después sus libros fueron considerados «heréticos». Cuenta William Osler que escapó de la hoguera gracias a una muerte oportuna.
Es Henri de Mondeville se encuentra también la influencia árabe pero no por ello deja de ser un observador agudo e ingenioso, Guy de Chauliac, como Mondeville, es uno más de los hombres importantes en la historia de esta escuela, y como él se destaca también por la influencia árabe en sus obras, donde en casi todas sus páginas menciona a Rhazes, Avicena o Albucasis.
Otro personaje histórico que nos interesa desde el punto de vista médico es Roger Bacon, por dos razones. Más que cualquier otra mente medieval vio la necesidad de estudiar la naturaleza mediante un nuevo método. El hombre que pudiera escribir una frase como esta: «La ciencia experimental tiene tres grandes prerrogativas sobre otras ciencias; verifica conclusiones mediante experimentos directos; descubre verdades que de otro modo nunca alcanzarían; investiga el curso de la naturaleza y nos abre un conocimiento del pasado y del futuro», es mentalmente cercano a nuestros días. Bacon nació y vivió entre los años c. 1220 y c. 1292 en Inglaterra. Aunque muchos de sus biógrafos consideran que su erudición vanguardista era más propia de épocas futuras, sus contemporáneos tenían poca simpatía por su filosofía, y menos aún por sus esquemas e inventos mecánicos.
Desde los antiguos griegos, nadie había apreciado tan profundamente lo que significaba el experimento en el desarrollo del conocimiento humano. Estaba obsesionado con la idea, tan común en la actualidad, de que el conocimiento debería tener su utilidad e importancia práctica. «Su principal mérito es que fue uno de los primeros en señalar el camino hacia la investigación original, en contraposición a la aceptación de una autoridad, aunque él mismo todavía carecía de los medios para seguir este camino de manera consistente. Su incapacidad para satisfacer este impulso lo llevó a una especie de anhelo, que se expresa en los numerosos pasajes de sus obras donde anticipa un mayor dominio del hombre sobre la naturaleza.
Bacon escribió varios tratados médicos, la mayoría de los cuales permanecen como manuscritos. Su tratado sobre la «Cura de la vejez y la preservación de la juventud» se imprimió en inglés en 1683.
Una cita de Oxford Reference sobre Roger Bacon dice:
«Filósofo y científico inglés, conocido como Doctor Mirabilis (‘médico maravilloso’). Miembro de la orden franciscana, Bacon comenzó su carrera estudiando las obras de Aristóteles previamente prohibidas. Sin embargo, mezcló su admiración por la ciencia con un interés relativamente acrítico por el aprendizaje neoplatónico, astrológico y oculto. Su obra principal es el Opus Maius (‘Obra Mayor’) que detalla las causas que han obstaculizado el progreso de la filosofía. Las obras más breves incluyen el Opus Minus (‘Obra menor’) y el Opus Tertius (‘Tercera obra’). Los escritos de Bacon muestran una notable presciencia, particularmente en su uso de las matemáticas, sus investigaciones sobre la ciencia de la óptica y su énfasis en el uso correcto de la experiencia y el lenguaje, pero su trabajo es generalmente considerado como de calidad desigual, mezclando un respeto acrítico por la autoridad con un respeto real de la visión filosófica y científica. En 1277, la orden franciscana condenó la obra de Bacon por «novedades sospechosas» y se dice que Bacon estuvo encarcelado durante un tiempo.» https://www.oxfordreference.com/display/10.1093/oi/authority.20110803095439918
Resumiendo Las universidades medievales europeas que más sobresalieron por su relación con los estudios de medicina de entonces fueron las de Bolonia, París y Montpellier, siendo los médicos más conocidos, que como estudiantes y profesores estuvieron vinculados a ellas, Tadeo Alderotti, Roger Bacon, Arnaldo de Vilanova, Henri de Mondeville, Mondino De’ Luzzi, y Guy de Chauliac, destacándose todos por su laborioso hacer, amalgamado en una mezcla de equivocaciones y aciertos propios de la oscuridad de la época.